Tomaremos como muestra para nuestro ejemplo una imagen cualquiera sacada al azar de una página cualquiera con un mensaje cualquiera que puede ser cierto, puede no serlo y va a ser que no lo sea ¿sigues aquí? Bien, esta es la imagen:
Empezamos por lo importante: ¡No es broma! ¡Has sido seleccionado!
Bien, nos lo hemos creido, el mensaje empieza a hacerse fuerte y posicionarse en nuestra mente, hemos ganado, hemos ganado. ¿Y qué hemos ganado? – Pues un vale de 1000 euros ¡genial! El sueldo de un mes por pinchar en un enlace, tenemos un vale de 1000 euros que hemos ganado, seguramente por procrastinar un poco.
Hasta aquí vamos bien, leyendo detenidamente se nos indican varios sitios donde podemos cambiar (u obtener para gastar) el vale, no lo sabemos bien porque de momento actuamos por impulsos, con el corazón acelerado por la estupenda noticia de haber ganado un premio no podemos pensar con claridad así que respiramos un poco y vemos: El Corte Inglés – Productos de Apple – Carrefour – fnac
¡Ay, ladrón! Aquí está, eso de Productos de Apple no existe, no es una tienda donde se pueda obtener o canjear un vale, la tienda en todo caso sería la Tienda Apple o Apple Store para los más puristas y si no fuese así si no que el vale fuese para canjearlo por productos Apple en las otras tiendas especificadas debería de estar escrito de otro modo, tal que así: Para canjear por productos Apple en tienda tal o tienda pascual.
¿Y la lógica, cómo sabemos que el aviso es falso?
Fácil, con 1000 euros en una tienda Apple no te dan ni los buenos días, careros!! 😆
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