Pues como estaba previsto salimos pronto para llegar a primera hora al parque y aprovechar al máximo el día, llegamos sin problemas y hasta la misma entrada al aparcamiento no cogimos caravana alguna, fué todo bastante fluido a pesar de que esperábamos que no hubiese tanta gente como si hubiésemos ido en fin de semana.
Obviamente hicimos bastantes fotos, aquí pondré unas pocas y se pueden ver más (tampoco las he subido todas) en este album de Flickr.
Después del tramite de hacerse con las entradas en atención al cliente (las chicas ya las llevaban de casa pero a nosotros nos tocó pringar para canjear un par de vales molones) entras y hay un pasacalles de bienvenida que parece que no se acaba nunca, podrían abrir las puertas de acceso a las diferentes zonas para quien quiera ir pasando ya que el pasacalles con la aglomeración de gente que hay no es algo que todo el mundo pueda ver en condiciones.
Pasamos primero a la zona de Cartoon Village y si no me patina el coco montamos primero en los helicópteros la niña y yo, el otro como que vió aquello demasiado infantil y tardo cero coma en borrarse 😀 Subimos también en la academia de pilotos, a toda máquina (menos la jefa que daba muchas vueltas aquello) y a los rápidos acme para la primera toma de contacto con el agua. Luego los críos se montaron en la montaña rusa de Tom y Jerry.
De ahí pasamos a la zona del viejo oeste.
Íbamos con todo el convencimiento del mundo al Río Bravo y a mitad de camino en la cola se estropeó algo y nos abrimos, hubo quien prefirió quedarse en la cola pero no merecía la pena esperar pudiendo volver más adelante.
De ahí nos fuimos al Coaster Express, una montaña rusa grandecita en la que los críos lo pasaron un poco mal, la puñetera daba sus buenos golpes (iba como a tirones, el conductor debería soltar el embrague mejor) y después de esta ya no quisieron saber nada de ninguna otra montaña a pesar de que en la de Tom y Jerry se lo pasaron bien, pero ni repetir ahí.
Además son unos cachondos porque tienen pantallas en las entradas a las atracciones con los tiempos de espera para la atracción en la que estás y otras, cuando fuimos al Coaster el tiempo medio de espera era de cinco minutos pero hicimos como 40 de cola, que de saberlo nos habríamos ido a otro sitio (anuncian una app para esto pero como funcione igual sería espacio desperdiciado en el teléfono).
De ahí a comer, a casa de Batman, concretamente en el Gotham City Grill y ahí se lió parda porque la niña dijo haber visto unas avispas en la entrada (buscando sitio para sentarnos) y ya se quería ir 😆 Por cierto que la peña va un poco a saco para coger sitio y la jefa por poco tiene que hacer uso de sus artes secretas de mamá ninja para que no le levanten la mesa que había cogido. Andaba por allí el amigo Batman con su coche y la Catwoman andando detrás, no se puede ser más gentuza 😛
De ahí a los coche de choque, dos pasadas para empezar ya que el niño quería conducir pero no quería montar solo, me tocó pasar dos veces por la cola y vigilar cada uno de los coches que se rompían bastante. Después de un paseito por Metrópolis acabamos en el Hotel Embrujado, el efecto de la sala que gira sobre si misma está muy conseguido y los que van con niños demasiado pequeños no deberían entrar porque lo pasan bastante mal, en nuestro caso el niño se hizo pronto con la movida pero Itziar lo pasó un poco mal (ella es más del teatro).
Aquí estaba ya bastante pesadita con querer irse. Para la siguiente tocó el Jellystone Park que ya desde la entrada se veía como muy de mojarse así que yo me quedé para hacer algunas foticos y esas cosas, a última hora la niña se rajó también y no montó así que lo vivimos desde fuera.
Y como no podía ser de otro modo te ponías de agua hasta arriba, aunque los de fuera tampoco estaban a salvo, toda la gentuza esa se dedicaban a disparar a los que no habíamos montado y del mismo modo hay pistolas de esas para disparar a los que están dentro, aunque no hubo ocasión de pillar ninguna porque las que había tenían lapas pegadas que no debían de tener nada mejor que hacer que estar ahí todo el día.
Y claro, sales de agua hasta los ojos y el que puede se quita la camiseta 😆
Para la siguiente nos metimos la niña y yo en La Aventura de Scooby Doo; esta atracción está bastante entretenida, vas en un cochecico con una pistola disparando a unas dianas por el recorrido y sumando puntos, las pistolas estaban cambiadas de sitio (algún idiota las colocó mal) y al terminar la niña tenía como 600 puntos y yo apenas 100, así que como estuvo toda la tarde vacilándome de haberme ganado dejó de cansinear con irse 😀
Luego a tomar un refrigerio en la heladería Vaca y Pollo.
De ahí volvimos a la zona del oeste a por el Río Bravo pero después del chapuzón con el Oso Yogui la jefa ya no quiso mojarse más y la niña volvió a pasar del agua así que nos metimos el niño y yo (no mojaba casi nada). Después de eso dimos un paseo y fuimos a pescar lanchas para conseguirles unos peluches a los niños, si no me patina mucho el coco repetimos en la aventura de Scooby Doo entrando los cuatro (las chicas nos ganaron :-() y luego a cenar a la pizzería.
El niño con los vasos de granizados (seguramente de lo más vendido allí) y su peluche (una oveja) antes de cenar.
La niña con el suyo. Después de cenar fuimos a ver el espectáculo de la loca academia de policía que nos habían recomendado, fué el único espectáculo que vimos y sin duda alguna la visita al parque merece la pena solo por verlo.
El espectáculo está muy guapo pero es bastante ruidoso y hubo gente con niños muy pequeños que tuvieron que irse casi al principio porque los coches están trucados para hacer muchísimo ruido. Como digo merece mucho la pena, empieza con una exhibición freestyle en bicicleta y luego empiezan a salir motos y coches (sobre todo BMW’s) y es una pasada las virguerías que hacen porque el espacio que hay se ve bastante reducido, especialmente cuando meten 3 y 4 coches al mismo tiempo. Lo malo es que justo cuando llegamos se acabó la batería de la cámara y ya solo pudimos hacer fotos con el móvil que tampoco salen muy allá al ser un espectáculo donde lo que prima es el movimiento.
Después del espectáculo aún dió tiempo de repetir en los coches de choque, esta vez el niño si subió solo y la niña y yo fuimos en otro conduciendo ella (más o menos). Y antes de irnos aún me dió tiempo de subir a la Venganza del Enigma, una subida de 100 metros que parece no acabarse nunca para una caída fugaz de la que casi no te enteras.
Y bueno, en general la visita estuvo bien, sobre todo porque no tuvimos que comprar las entradas (no al menos de forma directa) pero luego dentro se pasan un poco con los precios. Los restaurantes no son precisamente baratos aunque la hamburguesería de Gotham estaba más o menos dentro de lo aceptable en cuanto a precio y luego los menús estaban bastante bien de tamaño para lo pagado. En cuanto a los granizados con el vaso ese supermolón entiendo que es una pijada y como tal la pagues pero en las máquinas expendedoras que había por todo el parque se columpiaban mucho con los precios porque 2,80 por un refresco no es un precio ni normal ni aceptable por más que estés en medio de la nada y no tengas alternativa, de hecho viendo los puntos de venta al pasar no tenía mucha pinta de que tuviesen demasiada salida, todo lo contrario que el agua que a pesar de costar 1,60 la botella de medio litro se la veía con mucho más movimiento. Al final es cuestión de números, si te vale vender 1.000 botellas a 2,80 en lugar de 5.000 a 1,50 pues perfecto. Por suerte había fuentes de sobra a lo largo y ancho del parque y en algunas había casi más cola que en las atracciones para rellenar las botellas (recordemos que fué el 14 de Agosto y hacía como calor).
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