Hablando de deportes España es una potencia mundial, no confundir con superpotencia, una potencia, a secas; especialmente si tenemos en cuenta, con los JJ.OO. a la vista, aquellos deportes que más medallas pueden dar a un pais en esta competición, en unos mundiales o en unos europeos: el atletismo y la natación.
Pero nosotros, dentro de lo que cabe, siempre hemos sido una potencia, en el conjunto de deportes, gracias a los diferentes logros en deportes individuales o de equipo, incluso a nivel de selecciones. España lleva eones siendo una superpotencia del Hockey sobre patines, infinidad de campeonatos ganados por selecciones y a nivel de clubes; llevamos muchísimos años en la élite del balonmano, otros cuantos en la élite del fútbol sala, tenemos una selección de baloncesto campeona del mundo y subcampeona de Europa, una potencia en Tenis, un doble campeón del mundo de fórmula 1, ciclismo, hockey hierba, motociclismo ….. una extensísima lista que parece que no se acaba nunca cuando uno mira más allá de las portadas de los diarios, pero entonces ….
Entonces llega la selección española de fútbol, gana la Eurocopa y parece que de repente todo el mundo se da cuenta de lo buenos que somos en todo lo demás, precisamente los que más ganan, los que más veces han sido acusados de hacer poco o nada, aquellos que no sudaban la camiseta, que no sentían los colores; esos son los culpables, ahora, de que seamos los más mejores.
Ni bien ni mal, pero pensándolo en frío da la impresión de que los deportistas españoles podrían haber seguido ganando grandes cosas durante siglos y no se les valoraría lo suficiente hasta que los chicos del fútbol hubiesen levantado un título con la roja puesta.